Volver, que 15 años no es nada...


Todo el mundo tiene ahora una historia de antes y después del Covid y realmente parece que uno mire hacia mucho mucho tiempo atrás. Hace un año vivía yo en Suecia, como ya os empecé a contar, con mi marido y tres niños pequeños, un trabajo en el que llevaba poco más de un año y bueno también un poco en el mismo caos que ahora (dicen que es mejor con el tiempo pero no sé...). Fue entonces cuando decidimos mudarnos a España y estar cerca de mi familia, antes del Covid, luego los planes se retrasaron pero seguimos hacia delante porque hay decisiones que han de seguir su curso, sobretodo cuando los dos habíamos dejado nuestros trabajos y existía la posibilidad de por fin venir a España. 
Realmente lo habíamos planeado casi todo el tiempo desde que me fui hace 15 años pero siempre hay cosas que se ponen de por medio y yo casi había perdido la esperanza. Es bien sabido que las condiciones laborales son mejores en Suecia, ya no solo el sueldo sino sobretodo la conciliación, es decir el poder estar con tus niños cuando lo necesitan. Muchas otras cosas echaba de menos de España, sin duda, pero mi futuro laboral no lo veía claro, supongo que como muchos que se han ido de España. Pero bueno conseguí un trabajo online allá que es el que tengo ahora, y mi marido lo tuvo más fácil y consiguió trabajo antes. 
Así que pasamos el no-confinamiento de Marzo  allá, aunque casi siempre en casa o en el trabajo. Los niños siguieron en la guardería en Abril y por el Covid estaban siempre afuera, daba igual si hacía 5 grados y lluvia- y aunque llevaran ropa impermeable siempre podías sacar un buen chorro de agua al girar la bota. Algo impensable aquí en Valencia que con 20 grados y 4 gotas te dice la profe, “ve abriéndole el paraguas” para que el niño no se moje los 2 segundos que tarda en salir de la puerta del colegio. -Señooora (como decían los Les Luthiers) si el paraguas no es para el niño, es para su hermanita- a él le llevaba un impermeable. Así que aquí me encuentro en mi no-lugar en el mundo, donde lógicamente me dan pena los nenes nadando en los charcos helados de Estocolmo pero tampoco entiendo el miedo de los valencianos a que sus niños se derritan como las brujas de Oz al tocar el agua. 
Luego pasamos gran parte del verano en Suecia, porque, para empezar, las fronteras estaban cerradas y no nos podíamos mudar, pero bueno el verano en Suecia es realmente espléndido, todo verde, no hace calor, puedes ir en bici a los lagos cercanos, hay poca gente...Y llegamos al verano agobiante de Valencia donde había que hacer piruetas para esquivar a la gente por todas partes. Sin embargo ahora en otoño ha sido genial, el poder estar afuera, al sol, la huerta, la playa, hacer excursiones con la familia, la luz, o solamente que no se ponga el sol a las 15... En fin, esta es una parte de la historia de este 2020 y cómo llegamos a España.

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